El denominado retrovisor interior digital fabricado por Audi proporciona imágenes brillantes y de gran calidad. Está compuesto por una cámara y un monitor, además de una unidad de control que produce una imagen brillante de alto contraste. Utiliza una cámara trasera pequeña y ultra ligera, alojada en una carcasa optimizada aerodinámicamente en la parte posterior del vehículo, y que, para evitar el empañamiento, cuenta con calefacción cuando la temperatura exterior es fría. La lente tiene un diámetro de apenas unos pocos milímetros, y abarca un campo de visión mucho más amplio del que proporciona un espejo retrovisor convencional.
Todas estas imágenes se transmiten al habitáculo mediante un monitor en color con una pantalla de 7,7 pulgadas ubicado en el lugar donde normalmente se situaría el espejo retrovisor convencional. La pantalla utiliza la tecnología Amoled, ya usada por ejemplo en los teléfonos móviles. Gracias a esta técnica se crean pantallas más delgadas, ligeras y eficientes energéticamente que los monitores convencionales LCD, y presentan unos tiempos de conmutación de apenas unos pocos milisegundos,independientemente de la temperatura ambiente.
Gran realismo
La unidad de control inteligente produce una imagen brillante y de alto contraste, y evita de forma automática que se produzcan deslumbramientos debido a las luces de otros vehículos. El conductor puede regular el brillo de la pantalla, o incluso apagarla en cualquier momento. Además de las imágenes recogidas por la cámara trasera, Audi ya trabaja para que en un futuro el retrovisor digital pueda mostrar también informaciones adicionales que sirvan de ayuda al conductor.
El nuevo retrovisor digital se utilizará en el Audi R8 e-tron a finales de 2012, aunque este mecanismo ya se ha testado en el mundo de la competición, concretamente en la pasada edición de las 24 Horas de Le Mans.