Gustavo de Rada no pudo completar la primera etapa del Rally Dakar, el lunes, por una falla mecánica en su Subaru, y ayer quedó al margen de la carrera, toda una desilusión y una inversión al agua de unos 300 mil dólares.
La falla mayor del coche de De Rada fue la rotura de la caja de cambios, que le impidió salir de las dunas en donde se había plantado, a 32 kilómetros de la partida.
“Se enfangó también la vagoneta de auxilio, luego el camión. Ahí nadie te colabora y tuvimos que trabajar duro para sacar los tres vehículos. Fue increíble, encima trabajamos bajo una temperatura de unos 34 grados”, contó Fernando Terrazas, colaborador del piloto paceño en esta competencia. “Nadie esperaba abandonar prematuramente. El objetivo era llegar en un buen puesto a Lima, pero sabíamos que el rally era muy duro, queríamos continuar, sin embargo no ingresamos (a la meta) dentro del tiempo reglamentario. Estuvimos muy lejos, porque el auto estaba enterrado en la arena y se tuvo que trabajar desde las 10.30 hasta las 23.00 para sacarlo y poder repararlo, y recorrer 700 kilómetros”. No fue posible hablar ayer con Gustavo de Rada, quien corre con la mayor parte de la inversión realizada debido al escaso apoyo que recibió para ir al Dakar.
Según Terrazas, lógicamente el piloto está molesto y por ahora ha decidido quedarse en Argentina unos días para estar con su familia. Su navegante, Adolfo Koch, y los mecánicos del equipo, volverán al país el jueves.
