El Dakar 2012 pierde a sus dos últimos conquistadores y no es porque ambos no quieran desafiarlo de nuevo. Ni Carlos Sainz ni Nasser Al-Attiyah estarán en la salida en Mar del Plata el 1 de enero.
La decisión de Volkswagen de no presentar ni un equipo oficial ni uno privado ha sido la punta del iceberg, o de la duna, para que al final ambos pilotos no corran en la próxima edición y eso que intentaron buscarse la vida.
Carlos Sainz desde que se supo la noticia tuvo claro que sólo iría con una escuadra de muchas garantías. Trató de que Volkswagen formara un conjunto privado con un Touareg de los que se quedarán aparcados en Wolfsburgo. No lo logró. La otra vía semioficial era BMW, pero el madrileño tiene contrato con su rival VW como asesor del futuro equipo del Mundial de rallies.
Al no encontrar u equipo en condiciones la opción estaba clara: no participar en la próxima edición del rally más peligroso del mundo.
Compromisos familiares
Por su parte la decisión final de no participar de Nasser Al-Attiyah no tiene que ver con la de Carlos Sainz. El qatarí de hecho negoció con BMW, el acuerdo estaba prácticamente cerrado y ya sabía que su copiloto iba a ser el antiguo compañero del español, Lucas Cruz.
Sin embargo su primo el jeque heredero Tamim Al-Thani le ha obligado a permanecer en enero en el emirato por asuntos de Estado. Por lo que lo único que puede hacer ahora es preparar los Juegos de Londres, en tiro olímpico, y convencer de paso a su familia para ir al Dakar 2013.
Con estos abandonos los grandes favoritos para la edición del año que viene serán Stephane Peterhansel y Nani Roma. Ambos estarán enrolados en la escuadra BMW X-Raid pilotando un Mini bastante modificado respecto al que guió -y destrozó- Chicherit en la última edición o al X3 que condujo Peter hasta el cuarto lugar.