En lugar de rociar la cerveza de tamaño maxi del patrocinador oficial del rallye, Corona, Neuville la utilizó para llevar su Hyundai i20 WRC a la meta final.
El belga tuvo que hacer frente a una fuga del sistema de refrigeración del radiador de su coche en el tramo de enlace de 33 kilómetros de vuelta a la asistencia, y ahí fue donde entró en acción la cerveza.
Llevábamos tres o cuatro kilómetros del enlace cuando vimos la temperatura del motor muy alta, entonces me di cuenta de que teníamos un problema. Fue muy estresante, comentó Neuville a wrc.com.
El belga y su copiloto Nicolas Gilsoul se detuvieron y desmotaron el parachoques delantero del i20 WRC para conseguir un mejor acceso al radiador.
Fuimos capaces de arreglarlo bastante rápido, pero para rellenar el sistema hicimos uso de todo lo que llevábamos en el coche, afortunadamente nos dieron algo de cerveza al terminar el Power Stage y la usamos.
Los dos se pararon de nuevo unos kilómetros después para llenar el sistema con más cerveza mexicana.
Traté de mantener la calma y decirme a mí mismo que estaba bien, pero cuando vi que nos quedaban más de 25 kilómetros por delante pensé: vale, quizá esto se acabe aquí. Después de detenernos de nuevo la temperatura se redujo y entonces pensé que podía funcionar.
Su siguiente parada tuvo lugar ya en la meta, cuando llegaron a tiempo de conseguir el primer podio para el equipo únicamente en su tercer rallye. ¿Romperá Neuville esta noche la norma anti-alcohol que se ha impuesto a sí mismo? Por el momento, no, pero puedo cambiar de opinión en cualquier momento, comentó entre risas.