Alejandro Hoyos vivió un día angustioso. No fue por el calor, el mal de altura o una avería mecánica. El colombiano fue víctima del robo de su pasaporte precisamente el día que tenía que cruzar una frontera. Al llegar al final del enlace, en Güemes, aún en Argentina, fue a la gasolinera a repostar y saludó a los numerosos aficionados que le pedían una foto.
Pero un caco aprovechó la coyuntura y le robó la bolsita donde llevaba el documento y también dinero. "Eran 50 pesos argentinos [unos 6 euros], eso es todo lo que llevaba. Que se fastidien", decía.
La angustia se apoderó de él y del equipo, que gestionan los ex pilotos españoles Pedregá y Arcarons. "Esto es Vietnam. Al final van a tener que llevar pistola", comentaba el ex piloto de quads. Lo decía porque otro piloto suyo, el venezolano Rafael Eraso, sufrió un acto similar. "A su prometida le quitaron 4.000 pesos y el anillo de compromiso", narra.
Hoyos se agobió al llegar a la aduana. Pensaba que no le dejarían pasar. En teoría no es necesario. "Nosotros, los colombianos, sólo necesitamos una célula para toda Sudamérica, excepto Venezuela, pero yo también llevo siempre el pasaporte", dice Saldarriaga, su compatriota. Hoyos dejó la célula, por miedo a perderla, en la asistencia.
Este biólogo de Bogotá, que realiza su primer Dakar, pudo pasar porque la organización forzó. Luego, en Uyuni ya pudo hasta hacerse el visado para Chile, adonde cruzará mañana, gracias a que su mujer mandó una fotocopia en color que tenía del pasaporte. "Puse una denuncia, a ver si aparece. No sé para qué lo quieren", aseguraba a MARCA.