Apenas unas horas más tarde de celebrar su victoria en la categoría S2000 en el Rallye de Suecia, su primer éxito con el Skoda Fabia, Sébastien Ogier se ha vuelto a enfundar el mono, el sotocasco, los botines... y también la chaqueta de montaña y el gorro de lana para combatir el frío. Porque, al contrario que sus rivales, el piloto francés no ha cogido un avión en Karlstad de vuelta a casa.
El chico de Gap permanece en tierras nórdicas junto a los miembros del equipo Volkswagen para completar un programa de ensayos en ese terreno con el modelo definitivo del Volkswagen Polo R WRC -que han bautizado con la coletilla de '1.0' para diferenciarlo del '0.0', el prototipo con el que rodó Sainz en Noviembre, construido, principalmente, sobre la base de un Skoda Fabia S2000-.
La unidad de pruebas de esa versión final del Polo que terminó de construirse en Enero, empezó a rodar los días posteriores al Montecarlo. Ogier completó varios kilómetros en un circuito con la que va a ser su montura la próxima temporada. Y, tras esa primera toma de contacto, esta semana podrá ponerse de nuevo al volante, esta vez en nieve, sobre algunos de los tramos noruegos que han formado parte del recorrido del Rallye de Suecia -que recibió el patrocinio de Volkswagen-, lo que permitirá al equipo comparar el rendimiento del Polo R WRC '1.0' con los cronos obtenidos el pasado fin de semana por sus futuros rivales.
El programa de tests ha comenzado hoy -lunes-, y se prevé que duren hasta el viernes. Dieter Depping, piloto probador de Volkswagen, también se sumará a los tests. No se descarta que también pruebe el coche uno de los jóvenes pupilos del equipo, el noruego Andreas Mikkelsen, que se marcó una gran actuación en Suecia, rodando en cronos muy parejos a los de Ogier hasta que un pinchazo decantó la lucha del lado de su jefe de filas.